Para Manso Olivar los sistemas econ�micos occidentales se han caracterizado en las �ltimas d�cadas por lo que son dos caras de una misma moneda: la creciente intervenci�n p�blica y el abandono de la responsabilidad individual. El avance de la planificaci�n es muy evidente y muestra su desconfianza hacia ese lugar de encuentro que es el mercado.
Para el profesor se ha confundido el que las constituciones de los Estados occidentales sean garantes de una serie de bienes y servicios con el hecho de que tengan que ser sus proveedores, y en esa l�nea, los Estados se han lanzado desaforadamente a suministrarlos directamente. Ello han conllevado la expulsi�n de provisores privados en teoria m�s eficientes y, por tanto, m�s baratos.
En su exposici�n precis� que hay determinados bienes y servicios cuya provisi�n ha de ser p�blica y cuya financiaci�n ser� v�a impuestos. Entre ellos, a modo de ejemplo, se encuentra la Defensa, la Seguridad interior y la Justicia. Pero en lo referente a otros servicios, como la alimentaci�n, el vestido, la sanidad o la educaci�n, estim� que si bien deben ser disfrutados por todos los ciudadanos, ello no implica una provisi�n p�blica, sino que en su opini�n su provisi�n deber�a llevarse a cabo por la iniciativa privada. Seg�n el conferenciante " �sta ha demostrado que lo hace mejor y m�s barato y sobre todo, sabe leer mejor que las instituciones p�blicas lo que necesitan los ciudadanos".
Para Manso Olivar resulta evidente que podemos encontrarnos ante situaciones en que algunos ciudadanos no podr�an hacer frente a estos servicios. En esa circunstancia ser�a el Estado qui�n, siguiendo su mandato constitucional de garantizarlos (no de provisionarlos), auxiliar�a a los ciudadanos pagando estos servicios al sector privado. Pero eso no supone que deba pagarlo todo, sino s�lo el importe hasta donde no alcancen los recursos del ciudadano auxiliado. As� una operaci�n de apendicitis ser�a necesaria, pero no una correcci�n de desalineamiento dental.
En esta l�nea apunt� que deben ser los ciudadanos los que se procuren los bienes y servicios en el mercado con sus recursos y, cuando no sea posible, con la ayuda p�blica, entendiendo como un ejercicio de responsabilidad individual intentar sufragarse uno mismo los gastos presentes y futuros en base a sus ingresos. Aplicando este principio de responsabilidad individual y de la organizaci�n social de abajo a arriba (no de arriba abajo, propia de un sistema de planificaci�n central), la responsabilidad tambi�n se aplicar�a al Estado. Su administraci�n, para Manso Olivar, debe partir de unos ingresos y a partir de ellos los gastos no podr�n superarlos. As� nos encontrar�amos con que la limitaci�n constitucional relevante no ser�a la limitaci�n del d�ficit (relativamente asequible mediante una subida de impuestos), sino la limitaci�n de los ingresos p�blicos. Una vez conocidos los ingresos, por ejemplo, como porcentaje del producto de la naci�n, el Estado sabr�a cuando gastar y deber�a ajustar su gasto corriente y el servicio de la deuda asumido.
En definitiva, para el conferenciante los sistemas econ�micos occidentales han de reducir su intervenci�n p�blica y ha de aumentar la responsabilidad individual. La reducci�n de la primera, la intervenci�n, conllevar� de manera autom�tica el aumento de la segunda, la responsabilidad, y ello no producir�, como afirman algunos, que la provisi�n de bienes y servicios de car�cter esencial sea deficiente, sino, m�s bien ocurrir� lo contrario. "Impuestos limitados que dejen en los bolsillos de los ciudadanos m�s recursos para que tomen m�s decisiones sobre su vida. Un Estado limitado en su actividad y en sus ingresos, para que desarrolle lo que son sus funciones y no todas las funciones que hay que desarrollar en una sociedad libre" concluy�.