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Martes, 16 de Noviembre de 2010 12:25

Jos� Manuel de Bernardo inaugura el primer seminario del Foro Synthesis con una ponencia sobre laicismo y fundamentalismos

G.C.
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De Bernardo (derecha), junto al director del foro, Luis López Bellido De Bernardo (derecha), junto al director del foro, Luis L�pez Bellido G.C.

El Foro Universitario Synthesis, en el marco del programa de actividades del curso 2010-2011, ha celebrado un Seminario dedicado al �Laicismo y Fundamentalismo�. El ponente ha sido el Prof. Jos� Manuel de Bernardo Ares, Catedr�tico de Historia Moderna de la Universidad de C�rdoba.

La ponencia del profesor de Bernardo se ha estructurado sobre seis puntos b�sicos, con el claro y preciso objetivo de comprender las ra�ces hist�ricas de ambos hechos socio-culturales y, sobre todo, la manera de resolver los graves conflictos que generan en nuestro tiempo:  Dichos puntos son los siguientes: 1�) Se plantea la importancia del �universo de valores�, tanto individual como colectivo, que configura una manera de pensar, de sentir y de comportarse. 2�) Toda cultura, independientemente del espacio y del tiempo en que se desarrolle, siempre da cuenta de tres aspectos claves, que son la Naturaleza (Cosmolog�a), D�os (teolog�a) y el Hombre (antropolog�a). Cada presente hist�rico trata de aprehender la relaci�n integral e interdependiente de estos tres conceptos/realidades. 3�) Hay dos perspectivas desde las que se entienden y sienten las tres cuestiones medulares del Mundo, de Dios y del Hombre: la Trascendencia y la Inmanencia. Para la primera no se puede entender la realidad humana sin la realidad divina; y para la segunda la persona es el principio y el fin en s� misma. 4�) Dadas la recurrencias hist�ricas, el conocimiento del pasado permite comprender mejor nuestro presente. 5�) Es incuestionable la existencia de conflictos permanentes tanto a nivel individual como colectivo (dimensi�n social). Sin embargo en todo tiempo y lugar se ha trabajado denodadamente, si no para resolver definitivamente el conflicto (lo que ser�a imposible) al menos para reducirlo y reorientarlo. 6�) Finalmente, se propone un nuevo horizonte en el que puede desarrollarse plenamente un humanismo integral, seg�n el cual se debe luchar por sustituir el �individualismo� interesado por una �fraternidad� solidaria. Esto implicar�a una genuina �revoluci�n� antropol�gica, donde todos respetar�an e impulsar�an los derechos humanos fundamentales (vida, seguridad, libertad, igualdad, justicia, etc�)
El Prof. De Bernardo, concluye que el referido humanismo integral, que se consigue a trav�s de una lucha constante, individual y colectiva o social, resolver� los conflictos que se generan, en el seno de una misma cultura o de culturas distantes, por el laicismo agresivo o por el fundamentalismo excluyente.

Las contribuciones y aportaciones, por los participantes en el Foro, al tema de la Ponencia, estuvieron referidas a aspectos m�s concretos y vivenciales. En s�ntesis fueron las siguientes:
�Es necesario un esfuerzo de aquilataci�n y cautela a la hora de articular una respuesta al tema del fundamentalismo, que para ser coherente ha de mostrarse capaz de asumir su complejidad.
�La libertad religiosa es un derecho que se sit�a en el origen del primitivo liberalismo. La Ley Org�nica de Libertad Religiosa reconoce el derecho de todo espa�ol a practicar o no una religi�n. El reconocimiento de esta libertad religiosa hace muy dif�cil el camino de las tendencias laicistas m�s beligerantes.
�La distinci�n entre Estado aconfesional y Estado laico es importante. El Estado aconfesional ve la religi�n como algo positivo para la sociedad, aunque el Estado no adopta ninguna religi�n en particular. Sin embargo promociona la dimensi�n religiosa del ciudadano sin imponer ninguna; e implica una especial protecci�n de las religiones mayoritarias. El Estado laico promociona el laicismo; acaba con toda protecci�n a la religi�n y en su forma extrema lo persigue. La Constituci�n establece que Espa�a es un Estado aconfesional.
�Alcanzar un adecuado equilibrio entre fe y raz�n es el medio para salvar los peligros creados por el fundamentalismo y el laicismo. Con estos se pierde la posibilidad de un di�logo fecundo y de una provechosa colaboraci�n entre la raz�n y la fe. Es un error oponer religi�n a desarrollo; por el contrario podr�a decirse que la religi�n es condici�n del aut�ntico desarrollo, por promover la solidaridad y la fraternidad humana, el respeto a la autoridad, la confianza en la raz�n y la b�squeda sincera de la verdad.
�Es crucial clarificar el modo de entender la laicidad y de que modelo se trata. La religi�n y las convicciones filos�ficas profundas de las personas forman parte de la expresi�n de la propia identidad. Un modelo no r�gido (abierto) de laicidad debe basarse en dar prioridad a la igualdad moral de los individuos y a la protecci�n de la conciencia y de la religi�n. Hay que evitar confundir la laicidad de un r�gimen pol�tico con la secularizaci�n de la sociedad