El estudio literario de la figura de la criada y su evoluci�n se presenta especialmente sugestivo en el peri�do hist�rico propuesto, cuando su presencia social sufre una sustancial transformaci�n. En apenas dos siglos, y a raiz de los cambios econ�micos y sociales producidos por la Revoluci�n Industrial y la progresiva implantaci�n del capitaliasmo, la criada pasa a ser una "marca" del lujo de las casas arsit�cratas o enriquecidas, a constituirse en presencia habitual en el hogar burgu�s. Al comp�s de dichas transformaciones, la sirvienta va adquiriendo protagonismo en nuestra literatura de los soglos XVIII y XIX: entre bastidores, en un primer momento, y envuelta en las sombras que ese segundo plano le confiere - posici�n determinante, no obstante, para el desarrollo de la trama y para entender el contexto hist�rico-social que las obras recrean- la criada avanza hasta ocupar el centro del escenario literario.