G.C./C.M.22/06/04.- La pol�mica que al menos desde los a�os 80 del siglo XX se viene desarrollando en torno a la cuesti�n del "atraso" de la agricultura espa�ola en relaci�n con la de los pa�ses atl�nticos, convertida �sta en modelo de referencia tanto por sus logros en materia de productividad por activo empleado como por el papel de cebo del desarrollo, sirve de base a la investigaci�n realizada por Antonio Luque Ballesteros en su libro " Entre el vapor y el arado romano. �lites, instituciones y difusi�n del cambio t�cnico en la agricultura. C�rdoba, 1780-1870" que acaban de editar el Servicio de Publicaciones de la Universidad de C�rdoba y su Grupo de Historia Social Agraria.
El autor inscribe su obra, para el caso cordob�s, en la l�nea historiogr�fica que valora la distancia que separ�, durante todo el siglo XIX, a la mayor�a de las agriculturas espa�olas de la de los pa�ses m�s desarrollados de ambos lados del Atl�ntico como una consecuencia directa de las limitaciones ecol�gicas propias de los agroecosistemas mediterr�neos, particularmente de la disponibilidad de agua y nutrientes, a la vez que defiende la existencia de una v�a espec�fica de desarrollo hecha de pervivencias y adaptaciones as� como de un entramado institucional y social interesado en encontrar v�as de innovaci�n que estuvieran ajustadas a las condiciones ambientales y tecnol�gicas de las distintas agriculturas peninsulares.
En este sentido el trabajo trata tambi�n de recuperar la memoria y tarea desarrollada por un conjunto de hombres e instituciones que, desde finales del XVIII, para el caso de C�rdoba, apostaron por hacer de la divulgaci�n agron�mica y de la ense�anza agr�cola palancas del desarrollo y de la modernizaci�n de la agricultura en sus respectivos �mbitos de actuaci�n, ajenos a las implicaciones ecol�gicas y sociales que las transformaciones que deseaban provocar habr�a de traer con el paso del tiempo.
Sobre estas premisas la obra aborda sus objetivos desde cuatro perspectivas diferenciadas aunque conexas entre s�: la que analiza esas propuestas e iniciativas, la que aborda la determinaci�n de los sujetos - f�sicos o institucionales- que las impulsaron o apoyaron, el an�lisis de las acciones propiciadas en C�rdoba por las instituciones perif�ricas a partir de que, en 1834, se puso en marcha el proceso de construcci�n del estado liberal y, por �ltimo, el proceso por el cual el Estado contribuy� a la formaci�n del capital humano a trav�s de la ense�anza t�cnica y profesional, toda vez que, a lo largo del siglo XIX y a trav�s de iniciativas como las que se analizan en el texto, se fueron configurando los centros de docencia, investigaci�n y extensi�n agraria que conducen hasta los de nuestros d�as.
En lo que se refiere al �mbito geogr�fico, de las cuatro zonas en que es posible dividir la provincia de C�rdoba en sentido norte- sur son las zonas del Valle y la Campi�a del Guadalquivir, as� como la Subb�tica y la Campi�a Alta las que m�s vinculaci�n tuvieron con la iniciativas recogidas en el periodo historico al que se refiere la obra.