La mesa redonda moderada por el director de la C�tedra Unesco de Resoluci�n de Conflictos de la Universidad de C�rdoba tuvo como leit motiv lo inesperado de los acontecimientos que se est�n sucediendo en el Norte de Africa y Oriente pr�ximo asi como las distintas formas en que se van desarrollando y la dificultad a la hora de prever los resultados finales. Para Amirah Fern�ndez la generaci�n con mayor esperanza de vida en la historia de los �rabes se encuentra actualmente atrapada en sistemas sociopol�ticos que no ofrecen oportunidades suficientes de desarrollo personal ni demasiado optimismo de cara al futuro. Y en unas estructuras sociales que refuerzan la supresi�n de las libertades , donde es dif�cil acceder al conocimiento y en las que la discriminaci�n es la norma.
Dentro de este marco general la sesi�n analiz� cuestiones de car�cter econ�mico, desde el entorno laboral y las condiciones de trabajo, a las distintas econom�as de los pa�ses afectados pasando por c�mo la religi�n utiliza los sistemas educativos, que en la mayor�a de los pa�ses �rabes son incapaces de proporcionar la formaci�n que exigen econom�as y sociedades en r�pida transformaci�n, o el alto grado de corrupci�n administrativa. Sin embargo las encuestas hablan de que el sentimiento de religiosidad no implica necesariamente una actitud pol�tica radicalizada, ni es incompatible con la democracia y que la actitud hacia la igualdad entre hombres y mujeres es creciente. De aqu� que las generalizaciones y los estereotipos arraigados en las sociedades occidentales hayan determinado una mayor sorpresa ante los acontecimientos que se est�n produciendo.
El papel de las redes sociales, el hecho de que organizaciones como Al Qaeda no tengan modelos alternativos sino solo ofrezcan rupturas revolucionarias, las circunstancias de unos reg�menes d�biles basados en la opresi�n, el ejemplo que pueden suponer transiciones como la espa�ola por la que ya se ha interesado T�nez y otras cuestiones configuraron diversos an�lisis por parte de los integrantes de la mesa asi como que las transformaciones no hayan ocurrido mediante golpes militares violentos, por injerencia externa ni por una revoluci�n isl�mica religiosa, sino que se hayan articulado a trav�s de una movilizaci�n en el ciberespacio desde el que pas� a las calles y a las plazas. Unas movilizaciones en general pac�ficas y espont�neas, sin responder a un l�der ideol�gico y pidiendo resultados cuantificables con ausencia de lemas religiosos.
Pase a las incertidumbres que cuanto sucede generan parece hacerse precisa una nueva forma de entender las relaciones con esos pa�ses, cuyos ciudadanos luchan por las libertades y que tratan de elaborar nuevas constituciones como est� sucediendo en T�nez y Egipto.