Entre las decenas de linajes de moriscos ocultos en el reino de Granada que Soria ha descubierto en los �ltimos a�os, se encuentran numerosos mercaderes de seda, m�dicos, boticarios, abogados, notarios e incluso cl�rigos. Seg�n el estudio, en los reinos de C�rdoba, Ja�n y Sevilla debieron permanecer igualmente muchos centenares, acaso miles, de moriscos. Unos lo hicieron con permiso regio; otros, escondidos, cambiando de localidad y a veces de nombre y apellidos; bastantes fueron protegidos por los poderosos locales, que los necesitaban para el trabajo de la tierra y la artesan�a; muchos debieron regresar tras ser expulsados, en un goteo imposible de cuantificar. Finalmente, un buen porcentaje elev� pleitos a las distintas instancias judiciales de la �poca, consiguiendo en su mayor�a eludir con el paso de los a�os los decretos de expulsi�n.

La recuperaci�n de toda esa historia ser� posible ahora gracias al trabajo de los investigadores, que adem�s analizar�n la vida cotidiana de los moriscos entre 1570 y 1610, es decir entre que son expulsados del reino de Granada por Felipe II y repartidos en las distintas ciudades y pueblos de Andaluc�a, y su definitivo exilio por orden de Felipe III. En este sentido, los primeros resultados publicados apuntan a una sorprendente capacidad de adaptaci�n al medio por parte del pueblo morisco, que en algunos casos llegaron en la m�s absoluta miseria y en medio de un clima de rechazo �tnico y religioso, y poco a poco consiguieron prosperar. Los m�s h�biles y afortunados de ellos consiguieron acumular en esos escasos cuarenta a�os considerables fortunas, convirti�ndose en pr�speros mercaderes o arrendadores de tierras y de rentas.

 

De Andaluc�a Investiga