El valor ambiental, social y econ�mico de la dehesa convierte a este sistema agrario en un elemento patrimonial vertebrador de las zonas rurales. En este contexto, Vicente Rodr�guez Est�vez, del Departamento de Producci�n Animal de la Universidad de C�rdoba, analiza la situaci�n de la producci�n extensiva del cerdo ib�rico en estas zonas, as� como la utilizaci�n de ganader�a ecol�gica en las mismas en beneficio de su conservaci�n y de la diferenciaci�n de sus producciones.
Por definici�n, la dehesa es un sistema de uso agrosilvopastoral (combina la producci�n forestal, agr�cola y ganadera), con rotaciones agr�colas largas, cuyo principal aprovechamiento es el ganadero. Vicente Rodr�guez, doctor en Veterinaria y primer premio Andr�s Nu�ez de Prado a la Investigaci�n en Agricultura y Ganader�a Ecol�gicas del a�o 2007, junto a su equipo de cient�ficos, explora la importancia del cerdo ib�rico y el empleo de ganader�a ecol�gica para la defensa de la dehesa. Sin embargo, no hay una definici�n absoluta, existen diversos tipos de definiciones, ni siquiera el proyecto de ley de la dehesa lo tiene cerrado.
Estos sistemas tienen en el ganado a su principal actor. As�, seg�n el profesor Rodr�guez, la dehesa se hace y se mantiene con el ganado y para el ganado. En la actualidad van perdiendo inter�s los aprovechamientos tradicionales como la le�a y el carb�n vegetal, aunque se mantienen otros usos como la saca de corcho y la caza, y aparecen otros valores como el recreativo-tur�sitico, el cultural, el ambiental y recientemente su funci�n como sumidero de CO2. "Pero �stas son las econom�as ocultas de la dehesa, por las que el ganadero no percibe ning�n pago", agrega el investigador cordob�s.
El equipo de investigaci�n del que forma parte Rodr�guez Est�vez desarrolla el proyecto Estudio Prospectivo de la Dehesa, financiado por la Direcci�n General de la Producci�n Agr�cola y Ganadera de la Consejer�a Agricultura y Pesca de la Junta, que ahora se encuentra en la fase de estudio de la situaci�n de la producci�n extensiva del cerdo ib�rico y el aprovechamiento de la montanera (per�odo de tiempo que transcurre en oto�o-invierno y durante el cual los cerdos ib�ricos se engordan a base de bellotas y hierba en las dehesas).
A este respecto, el cient�fico de la UCO manifiesta que esta raza, que es "la joya de la dehesa porque genera su producto m�s preciado", es la que m�s se ha intensificado en los �ltimos a�os, con graves consecuencias medioambientales por la erosi�n y el c�mulo de excretas, "cuando, en competencia desleal, se explota intensivamente a cielo abierto". Si a este hecho se le une la falta de claridad del mercado y la fraudulenta certificaci�n de jamones de pienso como de bellota, hace que la producci�n extensiva est� atravesando una grave crisis.
Otros trabajos que realizan los cient�ficos cordobeses de la Facultad de Veterinaria, sufragados por la Direcci�n General de Gesti�n del Medio Natural de la Consejer�a de Medio Ambiente de la Junta de Andaluc�a y por EGMASA, pretenden explorar la utilizaci�n de la ganader�a ecol�gica como herramienta de gesti�n de Espacios Naturales Protegidos y de restauraci�n de zonas quemadas mediante el aprovechamiento ganadero.
Peligros
Sin embargo, estas zonas se encuentran con dos amenazas, asegura Vicente Rodr�guez, de una parte, la intensificaci�n de la ganader�a y, de otra, la falta de diferenciaci�n de sus producciones ganaderas. La ganader�a extensiva est� sumida en una profunda crisis, que afecta a todas las especies. De este modo, para incrementar sus ingresos, los ganaderos optan por la intensificaci�n, con lo que rompen el equilibrio del sistema y entran en una espiral de dependencia de la alimentaci�n externa. Mientras tanto, compiten en un mercado en el que la calidad no se presenta al consumidor de forma diferenciada, y los animales incluso lleor exceso de carga ganadera, como el sobrepastoreo y la falta de regeneraci�n de la arboleda. La soluci�n para mantener la sostenibilidad de la dehesa pasa por la ganader�a extensiva, con los animales integrados en el medio y las cargas ganaderas equilibradas, se�ala el profesor cordob�s.
A esta situaci�n hay que a�adir los problemas sanitarios que tiene la encina Quercus (predominante en las dehesas como las de la zona norte de C�rdoba, una de las mayores superficies adehesadas de Andaluc�a) como el s�ndrome de la seca o decaimiento de la arboleda, con m�ltiples factores y agentes causales, que se une a la falta de regeneraci�n de la arboleda en muchas dehesas que est�n envejecidas. Entre los problemas destaca la podredumbre �putrefacci�n- de las ra�ces provocada por Phytophthora cinnamomi, que es un pat�geno presente en el suelo y que est�n estudiando investigadores de la Escuela T�cnica Superior de Ingenieros Agr�nomos y Montes �ETSIAM- de la Universidad de C�rdoba, indica Vicente Rodr�guez Est�vez.
Motor econ�mico y su defensa
En cuanto a la relevancia de la dehesa para el desarrollo rural, hay que indicar que la ganader�a extensiva es el aprovechamiento m�s destacado y la principal actividad econ�mica de muchas �reas, y que contribuye a la conservaci�n de los espacios naturales, al mantenimiento del campo en definitiva. �sa es la gran diferencia con otros sistemas de explotaci�n, que"en la dehesa se produce conservando", de hecho, "porcentualmente, la mayor parte de la superficie de los Parques Naturales de Andaluc�a se corresponde con dehesas".
Adem�s, con la intenci�n de favorecer la preservaci�n de este agroecosistema y apoyar a los "ganaderos-conservadores", el cient�fico cordob�s propone diferenciar las producciones de la dehesa, protegiendo al productor de la competencia desleal e informando a los consumidores de los valores y calidad de las producciones de la dehesa. Por ejemplo, "los consumidores deber�an saber que cuando compran un jam�n certificado al amparo de la Norma de Calidad del Cerdo Ib�rico como de cerdo ib�rico de cebo, est�n comprando un cerdo ib�rico cruzado alimentado s�lo con pienso; as� como que la mayor�a del cordero que se compra en las grandes superficies procede de Nueva Zelanda".
Tambi�n plantea que las ayudas agroambientales se transformen en un pago por servicios y que no sean meras subvenciones como propugna la Uni�n Europea. Por ejemplo, "si por cada hect�rea de superficie forestal hay un presupuesto determinado de prevenci�n y lucha contra incendios, �por qu� no percibe lo mismo el ganadero por cada hect�rea de pastos? Ya que el d�a en que ese propietario no tenga ganado pastoreando en su finca una dehesa, no habr� forma de controlar o equilibrar la vegetaci�n, y se tendr� que incrementar el presupuesto de los planes contra incendios para proteger dicha superficie".
Las dehesas, cuentan con varias normativas que, a distintos niveles, preconizan su protecci�n, como el Pacto Andaluz por la Dehesa; la Directiva H�bitats, seg�n la cual, estas zonas son un H�bitat Natural de Inter�s Comunitario para Europa; o el Reglamento de Desarrollo Rural; e incluso a nivel mundial, la UNESCO, que concede la categor�a de reserva de la Biosfera a las dehesas de Sierra Morena (Parques Naturales de las Sierras de Aracena, Norte de Sevilla y Hornachuelos). No obstante, tienen una dificultad grande, y es que los ganaderos, a pesar de ser conscientes de su labor como conservadores, ni se hacen o�r ni se organizan aosciativamente con el fin de mejorar su producci�n y comercializaci�n para incrementar el pago por los muchos servicios y productos que aportan a la sociedad, indica el investigador de la UCO.
RMF ( De " Andaluc�a Investiga")