Los profesores de los centros educativos, seg�n indica el vicedecano de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, Fernando L�pez, asumen que en ocasiones no est�n capacitados para solucionar los problemas de convivencia y conflictos que surgen en los colegios y atender a las necesidades sociales del alumnado. De esta forma, en Fons Mellaria 2006 se ha puesto de manifiesto la necesidad de integrar la figura del Educador Social en el �mbito escolar.
Los educadores sociales son agentes de cambio social. Esta profesi�n, que siempre ha estado unida a intervenciones de car�cter educativo en el �mbito de la marginaci�n y la exclusi�n social, ha cambiado y el �mbito de trabajo no s�lo esta relacionado con la marginaci�n social o en la educaci�n sino que tambi�n tiene su campo de actuaci�n en la educaci�n en valores, la regulaci�n de la convivencia, la animaci�n socio-cultural, el ocio y tiempo libre, o la educaci�n de adultos.
En palabras de Fernando L�pez, "el trabajo de los educadores sociales ha evolucionado a medida que han surgido nuevas necesidades en la sociedad. Hasta hora el profesional de la educaci�n social ha estado vinculado de manera no formal a los centros educativos, pero esas nuevas demandas sociales como el absentismo escolar, los conflictos surgidos a ra�z de diversidad cultural en los colegios o la mediaci�n familiar hacen necesario que el educador social tenga que entrar en el �mbito reglado del sistema educativo".
Por otro lado, Fernando L�pez apunta que "el educador social debe ser un profesional m�s dentro de la comunidad educativa junto a pedagogos, profesores, o psic�logos para identificar las necesidades sociales que tiene el centro y los alumnos, resolver situaciones de conflicto, de absentismo, de falta de recursos, y sobre todo prevenir las posibles situaciones de riesgo". De hecho, contin�a el vicedecano de la Pablo de Olavide, "la principal funci�n del educador social debe ser analizar situaciones sociales que necesiten una respuesta inmediata".
De esta forma el campo de trabajo para los profesionales de la educaci�n social, concluye L�pez, "se amplia a demanda de la propia sociedad que ha experimentado cambios considerables debido a la inmigraci�n , el desempleo, el consumo o la participaci�n. Cambios que necesitan de la intervenci�n del educador social".